¿Un disco de freno flotante siempre es mejor que uno fijo?

Con discos de hasta 180 mm de diámetro se puede optar tranquilamente por un disco no flotante, sin ninguna consecuencia negativa. Es más, un disco fijado de manera solidaria en el portadisco supone algunas ventajas, como un consumo menor del disco mismo, de los pernos y del portadisco. En definitiva, en estos casos, un disco flotante requiere más mantenimiento y presenta un mayor número de elementos que pueden sufrir roturas.
Sin embargo, si tomamos en consideración diámetros superiores a 180 mm, en los que el punto más externo del disco sufre en mayor medida el momento de flexión del eje, la elección acertada es el disco flotante.

¡Claro que sí, así es! El soporte de la columna de dirección es un punto que suele verse bastante sometido a esfuerzo, sobre todo en las chicanes y en los cambios de dirección repentinos. Un soporte tubular puede presentar una oscilación de hasta 1 cm, con la consiguiente pérdida de precisión en la entrada del kart, lo que constriñe al piloto a hacer continuas correcciones que repercuten negativamente en los tiempos. Un soporte de la columna de dirección encajado en su totalidad en una placa, como el que nosotros, en Parolin Racing Kart, tenemos en nuestros chasis, elimina casi por completo este problema.