El uso de una válvula termostática de tres vías calibrada a 48°C en el circuito de refrigeración no tiene un gran impacto en el rendimiento del motor, pero ofrece importantes ventajas técnicas, optimizando el rendimiento y la fiabilidad general del motor. Este componente permite que el motor se caliente más rápidamente durante las primeras vueltas que se sale a la pista (especialmente durante el invierno, cuando las condiciones atmosféricas se caracterizan por las bajas temperaturas) y permite gestionar la temperatura del propio motor con mayor precisión, garantizando que funcione siempre dentro del intervalo ideal de temperatura de funcionamiento. El hecho de que sea de "3 vías" permite crear un circuito de agua, como alternativa al circuito de agua completo, que sigue permitiendo que el agua fluya a través del motor y la bomba de agua, excluyendo únicamente el radiador. Esto permite que el volumen de agua en el motor circule a la temperatura correcta (el calor se elimina de las zonas más calientes, como la culata, y se distribuye a zonas más frías, como los cárteres). A medida que la temperatura del agua aumenta hacia los 48°C, la válvula abre lentamente el paso al radiador, permitiendo que el volumen de líquido frío en el radiador empiece a circular gradualmente, mezclándose así con el agua ya parcialmente calentada. De este modo, el motor no se llena repentinamente de agua fría y se evitan deformaciones que podrían provocar averías graves. Cuando el líquido refrigerante alcanza los 48°, la válvula cierra el acceso al by-pass creado con el tubo y la pieza en T y desvía todo el flujo hacia el radiador.

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