Editorial
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Gianmaria Bruni: mi historia, del kart al Ferrari y al Porsche GT
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En primaria, ya se sabe, a veces se intenta copiar a los compañeros de clase: la mochila más chula, el estuche más bonito, el kart... ¿Cómo? ¿El kart? Pues claro. A Gianmaria Bruni le ocurrió eso: oyó lo que un compañero contaba de su kart y convenció a su padre, que hasta ese momento no había sido un aficionado a los motores, para que le comprara uno a él también y lo llevara al circuito Pista d'Oro, de Roma, para correr las primeras vueltas.
Unas vueltas bien hechas, tanto que al pequeño Gianmaria le entraron ganas de seguir subido e intentar medirse lo antes posible con una carrera de verdad. A lo mejor una de esas para las que debes tener por lo menos 12 años. ¿Y qué hacemos entonces? Pues un pequeño retoque a los documentos para correr y, con la ayuda de un aspecto que le hacía aparentar algunos años más de los reales, asunto cerrado.
¿Y luego? “Luego ocurrió –cuenta– que en el segundo campeonato junior que corría en Genk, en Bélgica, me pillaron y me descalificaron durante algunos meses. Por lo que, cuando ya cumplí la edad necesaria, no querían volver a admitirme en las carreras y mi padre envió una carta a Buser (el entonces presidente de la CIK-Fia, n.d.r.) con mi cartilla escolar para demostrar mi edad efectiva”.
Vale, la historia quizás no sea muy educativa que digamos, pero es divertida. ¿Cómo sigue?
Sigue con el hecho de que yo, con el kart, me divertía muchísimo, si bien como piloto oficial solo tuve una breve experiencia con Tony Kart en una prueba del Europeo del 96 y, a fin de cuentas, nunca tuve unos resultados espectaculares. Pasé rápido a los coches y, puede parecer extraño, pero enseguida me sentí en mi salsa. Tenía 15 años y tuve la oportunidad de seguir los cursos que Henry Morrogh daba para jóvenes pilotos en Magione. A decir verdad, la edad mínima era 16 años (¡lo suyo es vicio!, n.d.r.), pero en aquella ocasión fue suficiente que mi padre mandara una carta y me admitieron. Como he dicho, me adapté enseguida, y puesto que no quería que mi padre gastara más dinero para que yo siguiera corriendo con el kart, preferí limitarme a los coches, aunque no había perspectivas inmediatas y solo hice alguna que otra prueba en la Fórmula Campus. La ocasión me llegó cuando supe que el equipo Rombo buscaba un piloto para la Fórmula Renault Campus. Un campeonato que conquisté en el 98, ganándome el salto a la Fórmula Renault Europa con JD Motorsport. Gané también aquel campeonato y al año siguiente corrí en Inglaterra en Fórmula 3. Un campeonato difícil, muy reñido y con pilotos verdaderamente fuertes. Me defendí bien: llegué 5º el primer año y 4º el segundo, consiguiendo ganar una carrera. Pero, más allá de los resultados, la experiencia en Inglaterra me forjó bastante, como hombre y como piloto”.
Tras un 2002 sin pena ni gloria, en 2003 Bruni llegó a correr 6 carreras de la Euro 3000 Series ganando 3 de ellas: “Luego tuve que dejarlo porque me llamó Minardi. Fue una sensación indescriptible: di 10 vueltas en Fiorano sabiendo que 10 días después iría a Hockenheim como tercer piloto.
Nacido en Roma en 1981, empezó su carrera en el karting sin obtener grandes resultados. Tras haber llegado a la F1 con Minardi, ha estado después en las categorías GT, donde ha escrito las páginas más hermosas de una carrera, la suya, importante
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